Darle lugar a la creatividad

Esta cuarentena me hizo dar cuenta de que hay un montón de cosas que puedo delegar, y que entre idas y venidas, horarios y reuniones, mi vida transcurría a las apuradas sin darle espacio a la creatividad. Y creo que eso se traslada a los chicos. Nos sentimos en la obligación de tener que organizarles programas, comprarles cada vez más cosas, invitarles amigos e inventarles actividades nuevas, y en esta situación eso es una carga más sobre nuestras espaldas.

¿Qué es el ocio creativo?
Se habla un montón de la importancia del aburrimiento en los chicos, pero cómo se complica en la práctica dejarlos aburrirse, ¿no?

Estamos en medio de una situación difícil, en la que tenemos que estar en casa y hacer malabares para cumplir con todo lo que tenemos que hacer. Pero, citando palabras de Maritchu Seitún, “¿no será un buen momento para que nuestros chicos y nosotros practiquemos un poco ese aburrimiento que lleva a un ocio creativo? Aunque preparémonos para unos días de caras largas y de peleas entre ellos y con nosotros, porque esos son los recursos que habitualmente usan para lograr un programa, una salida, un ratito de videojuego.”

Volver a lo simple
Volvamos a lo simple. Les mostremos a los chicos que se puede jugar sin grandes cosas. Saltar a la soga, al elástico, jugar a las escondidas, a la payana, hacer un programa de televisión, armar un herbario con hojas del jardín, practicar la puntería y muchísimas cosas más. Podemos contarles cuáles eran nuestros juegos preferidos de chicos y ¡que ellos jueguen a inventar juegos!

Con nuestros juegos buscamos darles a las familias herramientas, pero mi consejo es que ellos desplieguen la creatividad con cada uno, que sea una herramienta que te lleva a muchos mundos distintos. A nosotras nos gusta mucho la idea de que los juegos son disparadores, y que las reglas no son sólo las que vienen escritas, sino que depende de nuestra imaginación cuántas variantes puede tener cada juego. Se pueden pensar alternativas más fáciles o más rebuscadas, según la edad de los chicos, o las ganas de jugar del momento. Y hasta se pueden usar las cartas para jugar a las adivinanzas o a cualquier otro juego inventado por ellos, o por nosotros.

¿Se animan a probar esto?
Vicky